Las promesas de modernización del Metro en Monterrey siguen sin convertirse en una realidad tangible. Las obras, anunciadas con bombo y platillo por la administración estatal, avanzan a un ritmo lento y son calificadas por algunos como “fantasma” debido a la escasa presencia de trabajadores en el área. Según Hernán Villarreal, Secretario de Movilidad estatal, el retraso se debe a la falta de flujo de recursos. Alega que este problema surgió por la ausencia de un presupuesto aprobado para 2024, lo que ha limitado la capacidad de avance en las nuevas líneas.
“Sí hay un problema de flujo en la obra del Metro”, reconoció Villarreal, quien señaló que el ritmo de construcción se ha reducido considerablemente. Aun así, afirma que se están tomando decisiones para “redoblar esfuerzos” el próximo año, siempre y cuando el Congreso apruebe el presupuesto para 2025. Estas declaraciones surgen después de que medios locales reportaran la falta de trabajadores en las obras, haciendo que muchos ciudadanos cuestionen si el proyecto realmente se está desarrollando.
A pesar de los planes optimistas del secretario, el avance actual de las líneas 4, 5 y 6 es apenas del 30%. Villarreal asegura que el otro 70% se completará antes del final del sexenio en 2027, pero sus palabras no logran disipar las dudas sobre la capacidad de la administración para cumplir con esta meta.
Sobrecostos y falta de trabajadores para Líneas de Metro de Monterrey
La expansión del Metro ha sido marcada no solo por los retrasos, sino también por el incremento en los costos proyectados. Villarreal explicó que el sobrecosto se debe a las extensiones de la Línea 4 hasta Santa Catarina y de la Línea 6 hasta el Aeropuerto, argumentando que estos ajustes en el alcance del proyecto han aumentado la inversión necesaria. En total, las líneas 4, 5 y 6 estaban contempladas en 30 mil millones de pesos, a los que se suman 12 mil millones más por las nuevas extensiones, según informó el secretario.
Sin embargo, para quienes circulan diariamente por las zonas de construcción, los avances parecen mínimos. El domingo pasado se publicó que las obras lucen desiertas, con nula actividad en varios puntos clave. Villarreal sugirió que los ciudadanos exijan a los diputados aprobar el presupuesto, una respuesta que algunos consideran evasiva, ya que la administración ha tenido tiempo de planificar y asegurar los fondos necesarios para un proyecto de esta envergadura.
Esta situación genera cada vez más inconformidad entre la ciudadanía. Automovilistas y peatones, quienes se ven afectados por las vialidades reducidas en las áreas de construcción, expresan su frustración al no observar el progreso prometido. El secretario asegura que, con un presupuesto aprobado, la actividad se reanudará, pero el escepticismo crece.
Término de Líneas de Metro es Incierto
A pesar de los retrasos, Villarreal insiste en que el próximo año traerá un cambio significativo en el ritmo de las obras del Metro. Señala que para 2025, cuando se libere el flujo de recursos, el avance será más visible, en especial porque gran parte de la cimentación ya estará terminada. Sin embargo, el funcionario reconoce que el futuro del proyecto depende de encontrar soluciones presupuestales, lo que deja en duda si realmente se cumplirán los plazos prometidos.
Villarreal ha expresado confianza en que el nuevo presupuesto permitirá completar el 70% restante antes de 2027, cuando concluye la actual administración estatal. No obstante, las críticas aumentan, especialmente por parte de la oposición, que cuestiona la gestión y la planificación del proyecto. Las proyecciones optimistas de la administración contrastan con las denuncias de una obra prácticamente paralizada, lo que deja entrever problemas de gestión y organización.
Mientras tanto, los habitantes de Monterrey esperan ver resultados concretos y no solo palabras. Los retrasos y el sobrecosto son una preocupación constante, pues afectan la credibilidad de la administración actual y minan la confianza en sus promesas. La falta de trabajadores en las obras y los cambios en el presupuesto proyectado generan incertidumbre sobre la viabilidad de este proyecto y el verdadero compromiso de las autoridades con la movilidad de la ciudad.
Los ciudadanos, principalmente aquellos que transitan diariamente por las zonas afectadas, muestran cada vez más desconfianza. La comunidad se cuestiona si el Metro de Monterrey realmente estará listo en el tiempo prometido o si, una vez más, se enfrenta a una promesa vacía de la administración. La falta de avances visibles en las obras y las constantes explicaciones sobre problemas presupuestarios no convencen a una ciudadanía que exige soluciones efectivas y tangibles.
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