Millonaria Inversión con Nulos Resultados
En medio de una severa crisis de agua, el Gobernador de Nuevo León, Samuel García, presentó el bombardeo de nubes como una solución innovadora para provocar lluvias y mitigar la sequía. Esta estrategia, que implicó la inversión de más de 135 millones de pesos, se ha mostrado ineficaz, dejando a la ciudadanía preocupada y con muchas preguntas sin respuesta.
Desde su inicio en 2022, el programa ha generado controversia debido a la falta de resultados tangibles y al escepticismo de la comunidad científica. Según el Instituto de Ciencias de la Atmósfera y Cambio Climático de la UNAM, no hay evidencia científica que demuestre que el bombardeo de nubes sea una técnica efectiva para aumentar las precipitaciones.
Expectativas vs. Realidad
El Gobernador García aseguraba que el bombardeo de nubes podría generar lluvias suficientes para superar la sequía. En abril de 2022, durante un vuelo de demostración, afirmó que con esta tecnología se podría provocar el doble de lluvia. Sin embargo, el Dr. Fernando García de la UNAM enfatiza que “no existe evidencia científica de la eficacia del método implementado en Nuevo León”.
La Organización Meteorológica Mundial también ha señalado que la siembra de nubes en épocas de sequía es ineficaz. La falta de una comprensión completa de los procesos atmosféricos hace que los resultados de estas intervenciones sean altamente impredecibles y difíciles de verificar.
Un Gasto Ridículo por Parte de Samuel García
El programa de bombardeo de nubes ha costado al estado más de 135 millones de pesos, incluidos la compra de un avión King Air 250 y los costos de operación de 161 vuelos. A pesar de esta significativa inversión, los datos de la Conagua muestran que en la mayoría de los días con bombardeo, las precipitaciones fueron mínimas o inexistentes.
Este gasto ha generado indignación entre los ciudadanos, quienes ven en esta estrategia un desperdicio de recursos en un momento crítico para el estado. La compra del avión y los gastos operativos asociados no han producido las lluvias necesarias para aliviar la crisis hídrica, lo que ha llevado a cuestionar la justificación de este programa.
Nuevo León: Críticas y Preocupaciones
Las críticas no se han hecho esperar. Un investigador en temas hídricos de una universidad texana, que prefirió permanecer en el anonimato, señaló que “no hay evidencia científica que pruebe que la precipitación puede estar relacionada con un bombardeo de lluvias”. Este tipo de intervenciones, añadió, son altamente especulativas y no ofrecen garantías de resultados.
La ciudadanía, enfrentada a cortes de agua y una crisis hídrica que parece no tener fin, se siente defraudada por las promesas incumplidas y la falta de transparencia en el manejo de los recursos públicos. La percepción general es que se ha gastado mucho en una solución sin fundamentos sólidos y sin resultados visibles.
Una Estrategia Cuestionada y Costosa
El bombardeo de nubes en Nuevo León ha demostrado ser una inversión costosa y sin resultados efectivos. La falta de lluvias significativas y la ausencia de respaldo científico subrayan la necesidad de reevaluar esta estrategia y buscar soluciones más sustentables y basadas en evidencia para enfrentar la sequía en la región.
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