El Metro de Nuevo León se encuentra en el centro de la polémica debido a los serios retrasos en la construcción de las Líneas 4 y 6, obras que fueron anunciadas por el Gobierno estatal como parte de los proyectos estrella para recibir a miles de visitantes durante el Mundial de Futbol 2026. Aunque la administración de Samuel García ha insistido en que al menos el llamado “Tramo FIFA” estará en operación para esa fecha, especialistas en infraestructura y movilidad aseguran que es prácticamente imposible que el proyecto cumpla con los plazos establecidos.
A menos de un año para que arranque el evento deportivo más importante del planeta, las advertencias sobre los obstáculos técnicos, los problemas logísticos y el riesgo de un colapso vial aumentan, mientras la ciudadanía observa con preocupación cómo las promesas del Gobierno parecen quedarse cortas frente a la realidad.
A menos de un año del Mundial, especialistas comentan que el llamado "Tramo FIFA" de las Líneas 4 y 6 podría no estar listo. Samuel podría fallar en uno de sus proyectos más anunciados con obras inconclusas. 🚧
— Justicia Regia (@Justicia_Regia) August 20, 2025
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Retrasos que generan preocupación
Los retrasos en el Metro no son menores. Según reportes oficiales, cuatro de las cinco estaciones que integran el Tramo FIFA presentan un avance menor al 29 por ciento, lo que hace evidente la dificultad de cumplir con los tiempos de entrega. Expertos en construcción han señalado que, si bien es posible abrir más frentes de obra para acelerar los trabajos, este recurso no resuelve los problemas de fondo y, por el contrario, podría generar un caos mayor en la movilidad de la zona metropolitana.
Uno de los puntos críticos se ubica en el tramo entre las estaciones San Rafael y Ruiz Cortines, donde la obra está prácticamente detenida debido a la presencia de líneas de alta tensión que deben ser reubicadas. Resolver este tipo de obstáculos requiere no solo de tiempo, sino también de coordinación con la Comisión Federal de Electricidad, algo que todavía no se ha concretado y que podría retrasar aún más la conclusión de la obra.
A esto se suman las pruebas técnicas necesarias para garantizar la seguridad del sistema. De acuerdo con especialistas, tan solo la etapa de pruebas con los vagones puede tardar entre tres y cuatro meses, un margen de tiempo que parece incompatible con el calendario impuesto por el Gobierno estatal.
Riesgos en seguridad y planeación
Más allá de los retrasos visibles, lo que más preocupa a los especialistas es la manera en que se está gestionando la planeación del Metro. Algunos ingenieros han advertido que no es viable inaugurar una obra de tal magnitud sin cumplir con todos los protocolos de seguridad, pues operar con prisas podría poner en riesgo tanto a los usuarios como a la infraestructura.
“Construir la obra civil es relativamente sencillo, se trata de abrir más frentes y destinar recursos. El verdadero problema es ‘vestirla’, es decir, equiparla con los sistemas de energía, señalización y seguridad necesarios para que funcione”, comentó un experto en movilidad.
Este señalamiento pone sobre la mesa una de las críticas más duras: que las autoridades estén programando las actividades sin tomar en cuenta el tiempo real que requiere cada etapa. La falta de previsión, sumada a la presión política de entregar resultados antes del Mundial, podría desembocar en una inauguración apresurada y, en consecuencia, en un servicio inseguro.
Impacto en la movilidad metropolitana
Los retrasos en el Metro también tienen un impacto directo en la vida diaria de los ciudadanos. Con el argumento de acelerar los trabajos, las constructoras han implementado cierres viales que han complicado severamente la circulación en arterias clave como el área de La Fe, en San Nicolás, donde de tres carriles disponibles se ha reducido a uno, generando congestionamientos que hacen casi imposible transitar en horas pico.
Especialistas advierten que si el Gobierno insiste en abrir más frentes de obra para cumplir con los tiempos del Mundial, las vialidades de Monterrey y su área metropolitana podrían enfrentar un colapso sin precedentes. El dilema es claro: o se extienden los plazos para entregar un proyecto seguro y funcional, o se mantiene la estrategia actual, sacrificando la movilidad de miles de automovilistas y peatones a cambio de cumplir con un calendario político.
La ciudadanía, mientras tanto, percibe con creciente frustración que las promesas de modernización se traducen en más tráfico, más estrés y menos eficiencia en sus traslados diarios.
Promesas políticas frente a la realidad
El proyecto del Metro en Nuevo León fue presentado por el Gobierno estatal como una obra emblemática que marcaría un antes y un después en la movilidad de la ciudad. Sin embargo, a medida que se acerca la fecha del Mundial, cada vez más voces coinciden en que la expectativa de ver funcionando el Tramo FIFA es poco realista.
Para los especialistas consultados, lo más probable es que las líneas no estén listas en 2026 y que el gobierno de Samuel García enfrente un nuevo episodio de promesas incumplidas. “No lo veo factible”, concluyó tajantemente un ingeniero en transporte, al referirse a la posibilidad de tener listas las estaciones en menos de un año.
El desafío es grande: entregar una obra que no solo cumpla con los tiempos, sino que garantice calidad y seguridad. Pero el margen de maniobra es cada vez más reducido y los avances siguen siendo insuficientes.
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