A pocos días de que arranque el nuevo ciclo escolar 2024-2025, el gobernador de Nuevo León, Samuel García, ha declarado que el 95% de las escuelas intervenidas por el estado están listas para recibir a los estudiantes. Esta afirmación, aunque optimista, ha sido recibida con escepticismo por parte de padres de familia, maestros y ciudadanos en general, quienes consideran que la realidad en muchas de las escuelas de la entidad es distinta. Los comentarios en redes sociales reflejan una profunda preocupación sobre si las escuelas realmente están preparadas para el regreso a clases, especialmente considerando los recientes brotes de enfermedades como el dengue y la rickettsia, y la falta de infraestructura adecuada en varios planteles.
El anuncio del gobernador genera controversia
El gobernador Samuel García ha enfatizado en repetidas ocasiones que su administración ha trabajado arduamente para garantizar que la mayoría de las escuelas en Nuevo León estén en condiciones óptimas para el regreso a clases. Según sus declaraciones, el 95% de las escuelas que han sido intervenidas por el estado están listas para recibir a los estudiantes el 26 de agosto. Esta cifra ha sido difundida ampliamente en los medios de comunicación y redes sociales, presentando una imagen positiva de la gestión estatal en materia educativa.
Sin embargo, las críticas no se han hecho esperar. Usuarios en redes sociales y algunos sectores de la sociedad han expresado su escepticismo, cuestionando la veracidad de las afirmaciones del mandatario. Varios padres de familia han señalado que, en sus recorridos por las escuelas de sus hijos, han encontrado instalaciones en mal estado, con problemas que van desde la falta de agua potable hasta aulas sin ventilación adecuada. Además, la proliferación de enfermedades como el dengue y la rickettsia en diversas zonas de Nuevo León ha generado preocupación adicional sobre las condiciones de salubridad en las escuelas.
Realidad en las escuelas: falta de preparación
Mientras las autoridades estatales aseguran que la gran mayoría de las escuelas están listas, la realidad en muchos planteles parece ser otra. En un recorrido realizado recientemente por medios locales, se pudo constatar que varias escuelas, incluyendo la Escuela Primaria Salvador Varela Reséndiz y la Secundaria Número 33, Profesor Emeterio Lozano Martínez, en Monterrey, no están en condiciones adecuadas para recibir a los estudiantes. En estos planteles, se observaron problemas como la acumulación de basura, áreas verdes descuidadas con hierba alta, y aulas que aún no han sido limpiadas o preparadas para el inicio del ciclo escolar.
La Secretaría de Educación de Nuevo León enfrenta una carrera contrarreloj para realizar los trabajos de limpieza y habilitación de los planteles antes del 26 de agosto, fecha en la que se espera que miles de estudiantes regresen a las aulas. Sin embargo, muchos padres y maestros dudan de que todos los planteles estén listos a tiempo, y temen que los niños y adolescentes tengan que iniciar el ciclo escolar en condiciones subóptimas.
La preocupación por las condiciones de las escuelas no se limita a la infraestructura física. La seguridad sanitaria es otro factor que inquieta a los padres de familia. Con los recientes brotes de dengue y rickettsia, se teme que las escuelas no cuenten con las medidas necesarias para prevenir la propagación de estas enfermedades. En algunos casos, los padres han optado por organizarse para realizar limpiezas comunitarias en las escuelas, ante la falta de respuesta efectiva por parte de las autoridades.
Desafíos para el regreso a clases en Nuevo León
El regreso a clases en Nuevo León está marcado por una serie de desafíos que van más allá de la simple preparación de las escuelas. A la ya mencionada falta de condiciones adecuadas en muchos planteles, se suman otros problemas que complican aún más el panorama educativo en la entidad. Uno de los principales retos es la seguridad de los estudiantes en el contexto de la pandemia y las enfermedades emergentes como el dengue. La capacidad del estado para garantizar un ambiente escolar seguro y saludable se ha puesto en duda, y muchos padres consideran que se necesitan acciones más contundentes para proteger a los estudiantes.
Además, la entrega de útiles escolares, que ha sido uno de los puntos fuertes de la gestión del gobernador, no ha logrado disipar las preocupaciones de los ciudadanos. Si bien estos apoyos son bien recibidos, muchos consideran que son insuficientes ante los problemas estructurales que enfrentan las escuelas. La falta de inversión en infraestructura, el deterioro de las instalaciones, y la necesidad de más recursos para la enseñanza son cuestiones que, según críticos, el gobierno estatal no ha abordado con la seriedad necesaria.
En este contexto, la afirmación de que el 95% de las escuelas están listas para el regreso a clases ha sido vista por muchos como un intento de presentar una imagen positiva de la administración, sin que ello refleje necesariamente la realidad en las escuelas. La diferencia entre el discurso oficial y las condiciones reales en las que se encuentran muchos planteles ha generado una creciente desconfianza entre la población, que exige mayor transparencia y acciones concretas para mejorar el sistema educativo en Nuevo León.