Residentes del sur de Monterrey han retomado su inconformidad respecto al proyecto de la Línea 5 del Metro, exigiendo soluciones que no afecten su calidad de vida. El Gobierno estatal enfrenta una creciente oposición, mientras los vecinos reactivan protestas y encuestas para frenar la obra que consideran dañina para su comunidad.
Vecinos reactivan protestas contra Línea 5 del Metro
En Monterrey, un grupo de vecinos pertenecientes a la agrupación Colonias Zona Sur (CZS) ha vuelto a manifestar su rechazo a la construcción de la Línea 5 del Metro, que el Gobierno del Estado planea desarrollar sobre la Avenida Garza Sada. Para visibilizar su inconformidad, los residentes han colocado lonas en puntos estratégicos de la ciudad, incluyendo las avenidas Garza Sada, Cometas, Alfonso Reyes y Orión. Los mensajes plasmados en las mantas son claros: los vecinos rechazan rotundamente la posibilidad de que la nueva línea del metro sea construida a nivel o elevada, afirmando que esto empeoraría los problemas de tráfico ya existentes.
Las protestas de los vecinos no son nuevas. Desde hace meses han expresado su preocupación por el impacto que tendría esta obra, y a pesar de haber recolectado firmas y realizado otras acciones, creen que no se ha hecho lo suficiente por parte de las autoridades para tomar en cuenta sus opiniones. Según Lourdes Garza Quepons, presidenta de la Colonia Contry, las firmas que entregaron anteriormente deberían haber sido suficientes para detener o reconsiderar el proyecto. Sin embargo, el gobierno parece seguir adelante, lo que ha llevado a los vecinos a reactivar sus esfuerzos de oposición.
Entre las principales críticas que señalan los vecinos se encuentra la reducción de carriles en la Avenida Garza Sada, lo que, según ellos, provocaría un mayor caos vial en una de las arterias más importantes de Monterrey. Además, temen que las áreas elevadas o a nivel del metro se conviertan en “pendientes” donde se acumule basura o incluso se conviertan en refugios para personas sin hogar, afectando la seguridad y el aspecto estético de la zona.
Encuestas vecinales para medir la oposición
Uno de los pasos más importantes que tomará el grupo de vecinos es la realización de nuevas encuestas. El próximo 2 de noviembre, comenzarán a realizarse sondeos entre los residentes de la zona para medir su aprobación o rechazo al proyecto de la Línea 5. Esta estrategia no es nueva; ya había sido utilizada meses atrás, cuando la gran mayoría de los encuestados mostró su descontento con la idea de que la línea del metro fuera construida a nivel o elevada. Lourdes Garza señaló que, en la encuesta anterior, el 97% de los participantes expresaron su preferencia por un metro subterráneo, que no interfiera con el tráfico ni con el entorno de la ciudad.
A pesar de los resultados previos, las autoridades parecen no estar considerando la opción subterránea. El Secretario de Movilidad estatal, Hernán Villarreal, declaró el pasado 10 de octubre que sería en noviembre cuando se anunciaría si la línea del metro será construida a nivel, elevada o subterránea. Sin embargo, los vecinos temen que el gobierno ya haya tomado una decisión sin consultar verdaderamente a la comunidad.
En palabras de Garza Quepons, los vecinos están dispuestos a seguir luchando para hacer valer su opinión. La líder vecinal expresó que “si Hernán dice que los vecinos lo quieren a nivel, nosotros tenemos las encuestas que dicen lo contrario”. Con estas nuevas encuestas, los residentes esperan tener más pruebas para presentar ante las autoridades y demostrar que la opción subterránea es la única que cuenta con el apoyo mayoritario.
Impacto potencial del proyecto en la ciudad
Uno de los argumentos más repetidos por los vecinos es que la construcción de la Línea 5 del Metro a nivel o elevada no resolverá los problemas de tráfico de Monterrey, sino que los empeorará. Lourdes Garza destacó que la reducción de carriles afectaría gravemente la circulación en la Avenida Garza Sada, que ya de por sí es una de las más transitadas de la ciudad. Además, señaló que el proyecto no solucionaría el tráfico que se genera en la Carretera Nacional, otra de las vías más importantes del área metropolitana.
Garza fue aún más contundente al señalar que si el Gobierno no tiene los recursos o la voluntad política para construir la línea de manera subterránea, “mejor que la suspenda”. Los vecinos no están dispuestos a aceptar una obra que consideran mal planificada y que solo traerá más problemas a una ciudad ya saturada de vehículos y congestionada por la falta de infraestructura adecuada.
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