El centro de Monterrey se prepara para una jornada compleja este próximo miércoles 20 de noviembre, cuando se llevará a cabo el desfile conmemorativo de la Revolución Mexicana, una decisión del Gobierno de Nuevo León que implicará el cierre de más de 20 calles en un día laboral. Esta medida ha generado opiniones divididas, ya que se espera que el evento afecte significativamente la movilidad en la zona central de la ciudad, que alberga numerosas oficinas, escuelas y comercios. A pesar de las medidas anunciadas por el gobierno para mitigar los efectos, como operativos de vialidad y recomendaciones de vías alternas, se pronostica una situación complicada para los regiomontanos que deberán lidiar con el tráfico en un día de actividades cotidianas.
El anuncio del cierre de calles se realizó en una fecha cercana al evento, lo que ha dejado poco tiempo a los habitantes y empresas para prepararse adecuadamente. Los cierres viales comenzarán el martes 19 de noviembre a las 23:00 horas y se extenderán hasta la tarde del miércoles 20. El cuadrante afectado abarca desde la calle Washington hasta Doctor Coss y desde Pino Suárez hasta Hidalgo, bloqueando el acceso a una de las áreas más transitadas de Monterrey. Comercios, instituciones educativas y oficinas gubernamentales se verán obligadas a ajustar sus operaciones, y muchos temen que la interrupción en el flujo vehicular cause pérdidas económicas y contratiempos para sus actividades regulares.
Medidas y recomendaciones viales en Monterrey
El Gobierno del Estado ha insistido en que se realizarán operativos de vialidad con el objetivo de guiar a los conductores hacia rutas alternas y así reducir el impacto del evento. Según el comunicado emitido por la administración estatal, se está trabajando en coordinación con autoridades de seguridad, tránsito y vialidad de la zona metropolitana para asegurar que el desfile se desarrolle sin incidentes graves y que los ciudadanos puedan participar de manera segura en la celebración. Sin embargo, la efectividad de estas medidas ha sido cuestionada, ya que los cierres abarcan una gran cantidad de calles en una zona neurálgica para la movilidad de Monterrey, donde habitualmente el tráfico ya es un desafío.
Además, la cercanía de la Macroplaza, uno de los principales espacios públicos de Monterrey, podría complicar aún más la situación, ya que es un área de alta afluencia y de gran atractivo turístico y comercial. Las autoridades han hecho un llamado a la población a tomar previsiones adicionales y evitar la zona en la medida de lo posible para no quedar atrapados en los embotellamientos que se anticipan. Los habitantes han recibido recomendaciones de buscar rutas alternas y considerar transportes públicos, aunque la cantidad de personas que circula en la zona podría dificultar aún más esta solución.
Impacto en negocios y servicios
El evento también genera preocupación entre los comerciantes y trabajadores de la zona afectada. Muchos dueños de negocios han expresado su inquietud respecto a las pérdidas económicas que podrían enfrentar, ya que el cierre de calles reducirá significativamente el flujo de clientes, especialmente en horarios clave para el comercio. En un día laboral típico, esta área del centro de Monterrey ve una gran cantidad de movimiento comercial que podría verse truncado, afectando las ganancias de pequeños y medianos negocios que dependen de la afluencia diaria de personas.
Las instituciones educativas, igualmente ubicadas en esta área, deberán adaptar sus horarios o buscar formas de facilitar la llegada de sus estudiantes y personal. Algunos planteles han optado por considerar clases en línea o ajustes en la hora de entrada y salida. La coordinación para garantizar la seguridad de los estudiantes se ha convertido en una prioridad tanto para las autoridades educativas como para los padres de familia, quienes han manifestado su preocupación por las dificultades logísticas que esto puede implicar.
Opiniones y advertencias de autoridades locales
El alcalde de Monterrey, Adrián de la Garza, abordó el tema en una reciente conferencia de prensa, aclarando que el desfile fue una indicación tanto federal como estatal, y advirtió a la ciudadanía sobre los problemas viales que inevitablemente surgirán debido al evento. De la Garza señaló que la decisión de realizar el desfile en un día hábil complicará considerablemente la circulación y manifestó que, aunque su administración ha intentado implementar soluciones para minimizar el impacto, la situación representa un reto mayor.
El alcalde informó que su equipo se coordinará con la Secretaría de Seguridad Pública del Estado para salvaguardar la integridad de quienes decidan asistir al desfile, así como para gestionar el flujo de tráfico en las áreas circundantes. Sin embargo, anticipó que las medidas de mitigación podrían no ser suficientes para evitar los problemas de tránsito que resultarán de la afluencia masiva de personas y del cierre de calles tan concurridas. Además, subrayó la importancia de informar adecuadamente a la población sobre los horarios y vías cerradas para facilitar la planificación de sus actividades.
El Gobierno de Nuevo León ha defendido la celebración en esta fecha, argumentando que el desfile es una tradición que honra a los héroes de la Revolución Mexicana, lo que justifica el esfuerzo para adaptarse a las circunstancias. Aun así, la falta de coincidencia con el día de asueto, que se adelantó al lunes 18 de noviembre, ha generado críticas y cuestionamientos sobre la idoneidad de realizar un evento de tal magnitud en un día laborable.
