En medio de un panorama ya oscuro por la creciente delincuencia en Nuevo León, surge ahora una nueva y preocupante revelación que pone en entredicho la integridad y la capacidad del gobierno encabezado por Samuel García. Los recientes informes sobre extorsiones perpetradas por elementos de Fuerza Civil a ciudadanos que retornan de Estados Unidos son un duro golpe a la confianza pública y exigen una respuesta contundente por parte de las autoridades. Sin embargo, la falta de acción por parte del gobierno estatal deja un sabor amargo de complicidad y negligencia.
Aumentan Denuncias de Extorsión en Carretera
Las denuncias de extorsión en la Autopista Monterrey-Nuevo Laredo son escalofriantes. Ciudadanos mexicanos que regresan de Estados Unidos se encuentran con un retén de Fuerza Civil que, lejos de protegerlos, los somete a chantajes y amenazas. El modus operandi es claro: exigir la entrega de $500 dólares bajo la amenaza de fabricar cargos falsos y remitirlos a la Procuraduría. Incluso se han reportado intimidaciones con armas de fuego, creando un clima de terror entre los viajeros. Ante esta situación, surge una pregunta inevitable: ¿dónde está Samuel García en todo esto?
Samuel García Guarda Silencio Sospechoso
La ausencia de una respuesta firme y decidida por parte del gobierno de Nuevo León es desconcertante. En lugar de abordar de frente estas acusaciones, se observa un silencio cómplice que alimenta las sospechas de la ciudadanía. ¿Será que Samuel García y su administración están involucrados en este vergonzoso esquema de extorsión? Las palabras vacías y las promesas incumplidas no bastan para disipar las dudas que rodean a esta situación. La inacción del gobierno solo sirve para perpetuar un clima de impunidad y corrupción que pone en riesgo la seguridad y el bienestar de todos los neoleoneses.
Además, estas denuncias ponen en evidencia un fenómeno preocupante: la creciente penetración de la corrupción en las instituciones encargadas de velar por la seguridad pública. Si la misma Fuerza Civil, cuya misión debería ser proteger a los ciudadanos, se convierte en un instrumento de extorsión y abuso de poder, ¿en quién podemos confiar? La confianza en las autoridades se ve erosionada día a día, y la falta de liderazgo y acción por parte de Samuel García solo agrava esta crisis de legitimidad.
Es hora de que Samuel García y su gobierno asuman su responsabilidad y actúen con determinación para erradicar la corrupción y restaurar la confianza en las instituciones. La impunidad no puede ser la norma en Nuevo León. Los ciudadanos merecen un gobierno que los proteja, no uno que los extorsione. Si Samuel García no está a la altura de este desafío, entonces es hora de que la ciudadanía exija un cambio real y significativo en el liderazgo político del estado.
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