El cierre temporal del zoológico La Pastora en Guadalupe, Nuevo León, destapó una crisis de credibilidad hacia las autoridades estatales. La clausura, ordenada por la Profepa tras las graves condiciones de la osa Mina, exhibió deficiencias médicas, sanitarias y de supervisión que apuntan a la negligencia del gobierno de Samuel García.
La polémica en torno al zoológico La Pastora se intensificó tras revelarse que en 2022 el gobierno de Samuel García autorizó la “donación” de 43 ejemplares a un rancho de cacería privado. Activistas y especialistas señalan que se trató de un acto de negligencia y privatización de patrimonio público que afecta directamente a la fauna silvestre y a la confianza ciudadana.
Gobierno de Samuel García cambió 7 lobos por ratas para alimentar serpientes
— Lucía Hernández | Amo La Ciencia (@YoAmoaLaCiencia) September 30, 2025
De acuerdo con el registro de intercambios de animales realizados entre el Parque Zoológico La Pastora y particulares.
Hemos detectado numerosas irregularidades que evidencian el nivel de negligencia y… pic.twitter.com/5dFqGn6JM0
¿Animales Trasladados A Rancho De Cacería?
De acuerdo con documentos obtenidos por medios independientes, la administración estatal aprobó la transferencia de ejemplares valuados en más de 3.5 millones de pesos al rancho cinegético Palos Altos. En la lista figuran dos dromedarios, seis búfalos de agua, gamos europeos y borregos muflón, algunos de ellos hembras reproductoras.
La operación convirtió a estos animales en propiedad privada, lo que permite que sus crías puedan ser legalmente cazadas como trofeos en un predio dedicado a la cacería deportiva. Activistas advierten que este hecho constituye una forma de lucrar con la biodiversidad de Nuevo León, disfrazada de excedentes del zoológico.
La justificación oficial del Parque Fundidora, organismo que administra La Pastora, fue que los animales no eran necesarios para los fines del zoológico. Sin embargo, organizaciones de protección animal cuestionaron la transparencia de esa decisión y acusaron que se trató de un pretexto para encubrir un acto de privatización.
Donación Sin Autorización Federal
La revelación señala que la operación no contó con los permisos federales necesarios, lo que convierte la transferencia en un acto irregular. La legislación mexicana establece que cualquier movimiento de ejemplares de fauna silvestre requiere autorización de la Semarnat y supervisión de la Profepa.
No obstante, fuentes cercanas al caso aseguran que ambas dependencias tuvieron conocimiento de la operación y no intervinieron. Activistas lo calificaron como un aval tácito al desvío de recursos públicos hacia intereses privados.
“Es un saqueo descarado del patrimonio de Nuevo León, orquestado con la complicidad de la 4T federal”, denunció un colectivo ambiental en redes sociales, donde el tema generó miles de reacciones en pocas horas.
Osa Mina Encendió La Indignación
La historia de la clausura comenzó en redes sociales, donde circuló un video que mostraba a la osa Mina, un ejemplar de oso negro, en estado de abandono. La osa presentaba lesiones visibles, pérdida de peso y signos de falta de atención veterinaria.
Posteriormente, la Profepa confirmó que la osa Mina padecía leptospirosis, enfermedad infecciosa capaz de transmitirse a otros animales y a los seres humanos. Al revisar el expediente, los inspectores encontraron que no había registros médicos ni protocolos para tratar su condición, pese a ser un ejemplar en peligro de extinción según la norma oficial mexicana.
Clausura Y Traslado Urgente De Osa Mina
Las inspecciones realizadas entre el 25 y 27 de septiembre determinaron que La Pastora incumplió con la normatividad ambiental al no brindar un trato digno ni respetuoso a la fauna. Como medida de seguridad, Profepa colocó sellos de clausura en el recinto.
Ante la gravedad del caso, la procuradora ambiental Mariana Boy Tamborrell ordenó el traslado inmediato de la osa Mina al Centro de Rescate, Rehabilitación y Reubicación de Grandes Carnívoros Invictus, en Pachuca. Allí recibe atención especializada y cuidados médicos en condiciones seguras.
🚨🐻 ¡HISTÓRICO! Mina, la osa negra que indignó a todo México, es rescatada y llevada a un santuario 🙌🌱
— Enséñame de Ciencia (@EnsedeCiencia) September 29, 2025
Después de semanas de preocupación en redes sociales, Profepa confirmó que Mina fue trasladada con éxito a la Fundación Invictus, un centro especializado en el cuidado de… pic.twitter.com/v7vyqA8dey
Crisis Política Y Señalamientos A Samuel García
Más allá de la clausura, el caso escaló a un debate político. Organizaciones de defensa animal y ciudadanos responsabilizaron al gobernador Samuel García por no vigilar el estado del zoológico. Señalan que existió negligencia estatal y falta de protocolos básicos de supervisión.
En medio del escándalo, el Director General de Parque Fundidora destituyó a Gustavo Sepúlveda Villarreal, coordinador de La Pastora. Aunque el movimiento buscó contener las críticas, colectivos denuncian que se trató de un “chivo expiatorio” y que la responsabilidad debe ir más allá de una remoción administrativa.
Monty, Otro Caso Que Preocupa
El episodio de la osa Mina no es aislado. Activistas también han denunciado la situación del elefante Monty, quien lleva años en soledad y bajo condiciones cuestionables en el mismo zoológico. Ambos casos se han convertido en prueba de la falta de visión integral para el bienestar animal en Nuevo León.

Profepa Señala Riesgo Para La Salud Pública
La Profepa destacó que el mal manejo deEl cierre temporal del zoológico La Pastora en Nuevo León, destapó una crisis de credibilidad hacia las autoridades estatales, a partir del caso de la osa Minala osa Mina no solo representaba un riesgo para su vida, sino también para la salud de la población. La leptospirosis puede ocasionar daños renales y hepáticos en humanos, además de comprometer a otros animales del recinto.
Por ello, la dependencia subrayó que la clausura no se limitó a un tema ambiental, sino que también buscó prevenir un problema de salud pública.
Futuro Del Zoológico: Se Fue Osa Mina
Con los sellos de clausura en La Pastora, el futuro de los animales que habitan en el zoológico quedó en el aire. Activistas proponen trasladarlos a santuarios o centros especializados, mientras colectivos ciudadanos exigen transparencia sobre el destino de cada ejemplar.
La clausura también abrió la discusión sobre la pertinencia de mantener zoológicos bajo modelos de exhibición. Para especialistas, este esquema prioriza ingresos y entretenimiento sobre el bienestar animal.
Un Llamado A Cambiar La Política Ambiental
La clausura de La Pastora expuso las carencias estructurales del gobierno estatal en materia de supervisión de espacios de fauna silvestre. La presión social, el escándalo mediático y la acción de Profepa dejaron claro que se requiere una política ambiental más estricta.
Para la ciudadanía, el mensaje es contundente: no se trata solo de un error administrativo, sino de un patrón de omisión y negligencia que puede repetirse con otros ejemplares. La expectativa ahora es que el gobierno de Nuevo León asuma responsabilidades y transforme el modelo de gestión.
La revelación de que el gobierno de Samuel García autorizó la donación de 43 animales del zoológico La Pastora a un rancho de cacería privado exhibe una crisis de gestión ambiental. El escándalo suma a la indignación generada por el caso de la osa Mina y refuerza la percepción de negligencia estatal.
En un contexto donde la sociedad exige mayor responsabilidad hacia la fauna, este episodio se convierte en un ejemplo de cómo el patrimonio público puede convertirse en negocio privado con la complicidad de autoridades locales y federales.
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