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Van 164 Días de Derrame de Agua Limpia: Una Problemática en Monterrey4 min read

Ya son 164 días del derrame de agua limpia en el Río Santa Catarina.
 - Justicia Regia

Desde el paso de la tormenta tropical “Alberto”, el derrame de agua limpia en el Río Santa Catarina sigue activo, sumando ya 164 días, mientras crecen las inquietudes por el desperdicio y su manejo.

El origen del problema

La tormenta tropical “Alberto”, que azotó Nuevo León entre el 19 y el 21 de junio, dejó tras de sí una inesperada consecuencia: un desborde continuo de agua limpia desde la Huasteca. Este derrame, estimado en 216 millones de litros hasta ahora, se ha convertido en un flujo constante hacia el lecho del Río Santa Catarina, a la altura de las calles Monte Everest y La Rivera.

El fenómeno tiene su origen en un acuífero subterráneo que excede la capacidad del acueducto operado por Agua y Drenaje de Monterrey (AyD). De acuerdo con Juan Ignacio Barragán, director de AyD, el desborde alcanza 500 litros por segundo, representando el 20% de la capacidad total del acueducto, que es de 2,500 litros por segundo.

¿Se pierde toda esta agua?

Aunque la cantidad de agua que no se aprovecha en el acueducto es significativa, Barragán aseguró que no se pierde por completo. Según el funcionario, el agua que fluye hacia el Río Santa Catarina eventualmente termina en la Presa El Cuchillo, donde puede ser reutilizada para abastecer otras áreas del estado.

“Lo importante es que toda esa agua no se pierde porque va a dar a la Presa El Cuchillo”, declaró Barragán en octubre, intentando calmar las preocupaciones de la ciudadanía.

Sin embargo, para los vecinos y observadores, este manejo genera dudas sobre la eficiencia de la infraestructura hídrica de la región, especialmente en un contexto donde la gestión del agua es crucial para enfrentar periodos de sequía.

Impacto en la zona

El derrame constante ha transformado el paisaje de las calles Monte Everest y La Rivera. Una “cascada” artificial se forma en el lugar, lo que inicialmente atrajo la curiosidad de paseantes y vecinos. Sin embargo, con el tiempo, la afluencia de visitantes ha disminuido considerablemente.

“Ya casi nadie viene”, comentó Olga Estrada, vecina del área. “Por las noches ya no se escucha como los primeros días, a veces hay poca agua, pero hay días en los que sí sube.”

Además, el lugar donde desemboca el agua ha comenzado a acumular desechos como llantas y otros residuos, generando una nueva preocupación ambiental en la zona.

Ya son 164 días del derrame de agua limpia en el Río Santa Catarina.

Un recurso valioso sin aprovechar al máximo

El derrame pone en evidencia los retos de la infraestructura hídrica en Nuevo León. Mientras que el agua limpia sigue fluyendo sin control desde la “caja de agua” ubicada en las calles Acueducto y Monte Everest, unos 300 metros del río, la incapacidad del acueducto para manejar el volumen total subraya la necesidad de inversiones y mejoras en el sistema.

Desde AyD se han justificado estas limitaciones argumentando que el fenómeno es resultado de condiciones excepcionales generadas por la tormenta. Sin embargo, este tipo de eventos climáticos extremos son cada vez más frecuentes debido al cambio climático, lo que hace urgente la modernización de la infraestructura.

La perspectiva de los vecinos y trabajadores

Mientras tanto, los trabajadores en el lugar confirman que el flujo de agua no ha parado desde finales de junio. “No ha parado, a veces más, a veces menos”, señaló uno de ellos. Esta variación en la intensidad también ha sido notada por los vecinos, quienes han aprendido a convivir con el fenómeno, pero no sin preocupación.

La comunidad pide más atención al manejo de este recurso, que en lugar de aprovecharse en el acueducto, se ve transformado en un espectáculo efímero con consecuencias ambientales y económicas.

La gestión del agua en Nuevo León

El caso del derrame en el Río Santa Catarina es un claro recordatorio de la importancia de una gestión eficiente y sostenible del agua, especialmente en una región como Nuevo León, donde el recurso es limitado y vital para el desarrollo.

Aunque AyD asegura que el agua llega a la Presa El Cuchillo, el hecho de que no se aproveche directamente en el sistema de abastecimiento del acueducto plantea preguntas sobre la capacidad de respuesta de la infraestructura estatal ante fenómenos climáticos extremos.

A 164 días de iniciado este derrame, el llamado es claro: es necesario priorizar inversiones en infraestructura hídrica y garantizar que un recurso tan valioso como el agua limpia no se desperdicie en un momento donde cada gota cuenta.

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