En el marco de las elecciones en Nuevo León, el comportamiento de Samuel García y su partido, Movimiento Ciudadano (MC), plantea serias interrogantes sobre la integridad del proceso electoral y la equidad en la contienda. A través de una serie de acciones flagrantes, García ha demostrado un menosprecio por las normativas electorales y una inclinación descarada hacia ciertos candidatos, lo cual socava los principios democráticos fundamentales.
Samuel García opta por medidas ilegales
Desde su posición como gobernador del estado, Samuel García ha optado por una estrategia que desafía abiertamente la imparcialidad que se espera de una autoridad ejecutiva durante el periodo electoral. Si bien es cierto que los funcionarios públicos tienen el derecho a expresar sus preferencias políticas de manera personal, su papel institucional les exige mantener una neutralidad e imparcialidad estrictas para garantizar la equidad en el proceso electoral. Sin embargo, García ha optado por socavar estos principios fundamentales al utilizar sus redes sociales como plataformas de promoción para los candidatos de su partido, desafiando así las reglas básicas que rigen la conducta ética durante las elecciones.
Un ejemplo destacado de esta conducta cuestionable es el respaldo descarado que García ha mostrado hacia ciertos candidatos de MC, incluida la candidatura de su esposa, Mariana Rodríguez, a la presidencia municipal de Monterrey. A través de una serie de publicaciones en redes sociales, García ha promovido activamente a Rodríguez y otros candidatos de su partido, desestimando cualquier preocupación por la obligación legal de garantizar la equidad en la contienda electoral. Esta conducta imprudente no solo desafía los principios democráticos básicos, sino que también socava la confianza del público en la integridad del proceso electoral.
Autoridades electorales no toman manos en el asunto
La situación se agrava aún más ante la aparente falta de acción por parte de las autoridades electorales para abordar estas preocupaciones legítimas. A pesar de las numerosas denuncias presentadas por la oposición, que ascienden a más de 300, las autoridades electorales han optado por permanecer en silencio, sin tomar medidas concretas para abordar estas violaciones evidentes a la equidad electoral. Esta inacción solo sirve para reforzar la percepción de impunidad y favorecimiento político, minando aún más la confianza del público en la imparcialidad del proceso electoral.
En conclusión, las acciones de Samuel García y Movimiento Ciudadano en el contexto de las elecciones en Nuevo León plantean serias preocupaciones sobre la integridad del proceso democrático y la equidad en la contienda electoral. La falta de neutralidad por parte de las autoridades gubernamentales y la aparente complicidad de las autoridades electorales en tolerar estas violaciones son motivo de profunda inquietud para la salud de nuestra democracia. Es fundamental que se tomen medidas inmediatas para garantizar la imparcialidad y la equidad en el proceso electoral, y para restaurar la confianza del público en la integridad de nuestras instituciones democráticas.