El Túnel de la Loma Larga, una vía crucial que conecta Monterrey con San Pedro, ha estado en el centro de una creciente controversia luego de que se detectaron cinco zonas con daños tras un desprendimiento de concreto. La infraestructura, que recibió una inversión de 16 millones de pesos para la creación de un mural de astronautas, parece haber sido descuidada en cuanto a su mantenimiento, según expertos. Este hallazgo ha generado no solo una alarma sobre la seguridad vial, sino también críticas hacia la gestión de recursos públicos en proyectos que priorizan la estética sobre la funcionalidad.
Daños descubiertos tras incidente
El desprendimiento de concreto en el techo del Túnel de la Loma Larga ocurrió en la medianoche del miércoles, alertando a las autoridades y a la ciudadanía sobre el estado de esta importante infraestructura. En una primera revisión realizada el día siguiente, se identificaron cinco áreas críticas con daños, lo que llevó a un cierre parcial de la circulación hacia San Pedro y a interrupciones temporales en el flujo vehicular hacia Monterrey.
Inicialmente, las autoridades y algunos informes sugerían que la causa del desprendimiento podía estar relacionada con la humedad y las lluvias recientes, factores que suelen afectar las infraestructuras de concreto. Sin embargo, especialistas descartaron estas causas, señalando que la falta de un mantenimiento adecuado era probablemente el factor principal detrás de los daños. Esta situación ha puesto de relieve una preocupación latente sobre cómo se manejan los recursos destinados al mantenimiento de infraestructuras críticas en la zona metropolitana de Monterrey.
La respuesta oficial ha sido confusa y tardía. Ni los municipios de Monterrey y San Pedro, ni el gobierno estatal ofrecieron una explicación inmediata sobre las causas del incidente o los pasos a seguir para garantizar la seguridad de los usuarios del túnel. Fue hasta la noche que Francisco Bahena, encargado del Despacho de Monterrey, atribuyó la responsabilidad del mantenimiento del techo del túnel al gobierno estatal, aunque aclaró que Monterrey se encarga únicamente de la carpeta asfáltica y los muros laterales.
Congestión y responsabilidad compartida entre Monterrey y San Pedro
El cierre parcial del túnel provocó un incremento significativo en el tráfico vehicular en las principales avenidas aledañas, como Constitución, Morones Prieto, Venustiano Carranza y Lázaro Cárdenas, además de saturar las rutas alternas como Gómez Morín. Estas medidas, necesarias para permitir la evaluación y eventual reparación del túnel, generaron caos vial en la zona, afectando a miles de automovilistas que utilizan esta vía diariamente.
La falta de una postura oficial clara por parte del gobierno estatal y de los municipios involucrados ha incrementado la presión sobre las autoridades para que tomen medidas inmediatas y transparentes. San Pedro, a través de su área de prensa, aseguró que estaba trabajando de manera coordinada con el gobierno estatal y con Monterrey para evaluar los daños y mantener las medidas de seguridad necesarias. Sin embargo, se ha reportado que las afectaciones están ubicadas principalmente en una franja de unos 10 metros dentro del túnel, de las cuales tres estarían en territorio de San Pedro y dos en los límites con Monterrey.
Las dimensiones de los daños varían, pero se ha informado que tienen aproximadamente 2 metros de diámetro y afectan el recubrimiento de concreto del túnel. Tres de estas áreas se encuentran en el cuerpo poniente, que conduce hacia San Pedro, incluyendo el sitio donde se produjo el desprendimiento inicial; otra se localiza en el sentido hacia Monterrey, y la última en el retorno que comunica ambos sentidos a la mitad del túnel, que tiene una longitud aproximada de 500 metros.