El transporte público en Nuevo León atraviesa una de sus peores crisis en años. Aunque el gobierno estatal, encabezado por Samuel García, ha implementado varias medidas para intentar aliviar la carga a los ciudadanos, como el reciente anuncio de 10 viajes gratuitos al mes para quienes ganan menos de dos salarios mínimos, estas acciones han sido ampliamente criticadas. Los ciudadanos, especialmente aquellos más vulnerables, señalan que estas soluciones parciales no resuelven los problemas estructurales que afectan la movilidad en la ciudad, como los tarifazos, la falta de accesibilidad a los métodos de pago y las fallas en la infraestructura del sistema de transporte.
A pesar de que la medida de los 10 viajes gratuitos fue presentada como un alivio para los usuarios más necesitados, la realidad es que no tiene un impacto significativo en la vida diaria de quienes dependen del transporte público para desplazarse. La pregunta que surge es si estas medidas aisladas pueden realmente contribuir a solucionar una crisis mucho más profunda que afecta a miles de personas en el área metropolitana de Monterrey.
Tarifazos y el aumento de tarifas: la crisis de la movilidad
Uno de los problemas más graves que enfrentan los usuarios del transporte público en Nuevo León es el aumento constante de las tarifas. Durante el último trimestre de 2024, el gobierno estatal aprobó un aumento en el costo del transporte urbano que pasó de 12 a 15 pesos por viaje. A este incremento se sumó una proyección de aumentos graduales que llevarán la tarifa a 17 pesos por viaje en 2026. Además, el costo del servicio en el metro también experimentó un ajuste en sus tarifas.
Este aumento en las tarifas, sin una mejora visible en la calidad del servicio, ha dejado a muchos usuarios preocupados. Para aquellos que dependen del transporte público para sus desplazamientos diarios, los incrementos en las tarifas suponen un gasto adicional significativo, especialmente para los sectores más vulnerables, como los trabajadores informales y los estudiantes. Si bien el gobierno justifica estos aumentos como una medida para mejorar el servicio, la realidad es que no ha habido una inversión visible en la renovación de las unidades de transporte o en la mejora de la infraestructura vial, lo que deja a los usuarios con la sensación de que están pagando más por un servicio deficiente.
La eliminación del pago en efectivo
Otro de los cambios que ha causado malestar entre los usuarios del transporte público es la erradicación del pago en efectivo, que ha sido reemplazado por un sistema de pago digital obligatorio. Esta medida ha afectado especialmente a los adultos mayores, quienes no cuentan con los recursos tecnológicos para utilizar las plataformas digitales o las tarjetas de prepago necesarias para acceder al transporte. De esta manera, se crea una barrera adicional para un sector de la población que ya enfrenta dificultades económicas.
El pago digital obligatorio también ha incrementado la frustración entre los usuarios, ya que muchos no tienen acceso fácil a las tarjetas “MeMuevo” ni a la aplicación móvil Urbani, lo que dificulta aún más el proceso de pago. Esta falta de accesibilidad a los métodos de pago ha sido un factor clave en el creciente descontento de los ciudadanos, quienes ven cómo se les obliga a adaptarse a un sistema que no está diseñado para su conveniencia.
La escasez de tarjetas y la falta de infraestructura
Además de los problemas con los métodos de pago, otro factor que ha exacerbado la crisis del transporte público en Nuevo León es la escasez de tarjetas “MeMuevo”, que son necesarias para el uso del sistema de transporte. Los ciudadanos se quejan de que las tarjetas no están disponibles en todas las taquillas o puntos de venta, lo que genera largas filas y retrasa aún más el proceso de pago. La falta de estas tarjetas ha provocado que muchos usuarios tengan que recurrir a métodos alternativos para pagar, lo que aumenta la congestión y la frustración.
La aplicación móvil Urbani, que se supone debería facilitar el acceso y el uso del transporte público, también ha sido objeto de críticas. Muchos usuarios han reportado que la aplicación es inestable, difícil de usar o simplemente inaccesible. A pesar de ser una herramienta diseñada para mejorar la experiencia de los usuarios, la falta de accesibilidad y funcionalidad ha hecho que no sea una opción viable para una gran parte de la población.
El programa de los 10 viajes gratuitos
Ante esta situación, el gobierno estatal ha lanzado un programa de 10 viajes gratuitos al mes para las personas que ganan menos de dos salarios mínimos. Si bien esta medida fue anunciada como una solución a la crisis del transporte, ha sido ampliamente criticada por los usuarios, quienes argumentan que no resuelve los problemas fundamentales del sistema. Los 10 viajes gratuitos no son suficientes para cubrir los costos diarios de quienes dependen del transporte público para trabajar, estudiar o realizar actividades cotidianas.
Además, el costo de implementar este programa de viajes gratuitos asciende a aproximadamente 30 millones de pesos mensuales, lo que pone en duda la coherencia de la estrategia. La administración estatal, a través del Instituto de Movilidad y Accesibilidad (IMA), ha insistido en que no hay recursos suficientes para mejorar la infraestructura del transporte, pero al mismo tiempo se gastan grandes sumas en programas que no abordan la raíz del problema. Los ciudadanos se sienten frustrados por la falta de inversiones reales en el sistema de transporte y la falta de un plan a largo plazo para mejorar la calidad del servicio.
La falta de soluciones a largo plazo en Movilidad
El programa de los 10 viajes gratuitos, aunque bien intencionado, es un claro ejemplo de las medidas superficiales que se están tomando para abordar una crisis estructural en el transporte público. El gobierno de Nuevo León ha sido incapaz de implementar soluciones a largo plazo que resuelvan los problemas fundamentales del sistema de transporte, como la modernización de la flota de camiones, la creación de nuevas rutas o la mejora de la infraestructura vial.
Si bien los viajes gratuitos pueden aliviar momentáneamente a algunos sectores de la población, no abordan las necesidades de todos los usuarios, especialmente aquellos que siguen teniendo dificultades para acceder al sistema de transporte debido a las barreras tecnológicas o la falta de tarjetas. El gobierno estatal debe repensar su enfoque y comenzar a invertir en soluciones reales que garanticen un sistema de transporte público accesible, eficiente y sostenible para todos los ciudadanos.
La crisis de movilidad en Nuevo León no se resolverá con medidas aisladas o temporales. Se necesita una reforma integral en el transporte público que considere tanto la infraestructura como las necesidades de los usuarios. Mientras tanto, los ciudadanos seguirán esperando respuestas concretas y un compromiso real para mejorar la calidad del transporte público en la región.
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